MARCHASTE
Marchaste,
mi garganta enmudeció,
más
asentía tu presto regreso.
Y
mi piel suspiraba…ocaso espeso,
con
la fiel escota, mi mente ansió.
El
Dios nuestro con tu salud negoció.
Sin
saberlo tu Jesús dio más de eso,
cursando
sin consenso tu progreso,
procurando
tornar cuánto se le dio
Ruego
indultes si acaso, al frío olvido
porque
enriquecedora es tu presencia,
naufragio
mi ser… resultare perdido.
Y
continúa inquietándome tu ausencia,
porque
lúgubre mi vida ha nacido
así
cedas, veré tu residencia
No hay comentarios:
Publicar un comentario