E
L A D I O S
Enmudecida
el habla, callada el alma…
Dibujé
un adiós colgado sobre un hilo de conformidad,
un
silencio atado a pensares escurridos de cordura,
sumergidos
en el río que desemboca a la mar.
Revestí
los pies de cómodo calzado,
el
pecho con fina seda
negocié
sinrazones y habladurías del corazón,
burlé
el halo, conquistando el adiós preciso.
Aventajada
ya, cruzaré la hondura al abrigo del frío…
una
crisálida junto a la metamorfosis,
una
más, seré una más sí…
Enmudeciendo
el habla y callando el alma…
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