lunes, 1 de agosto de 2016


            PARAÍSO



…Al regresar a casa, el chasquido de la cerradura le engulló en un mal augurio y un premonitorio escalofrío se extendió por su cuerpo. El miedo se apoderó de él... sobre la mesa un cuaderno sin usar, de hojas en blanco, semejante a los empleados por ella y sobre éste un lápiz. En el aire pululaba una nebulosa confusa… lo apreciaba enrarecido. Ella se marchó.

 En aquel lugar idílico se reunían cada tarde, el mar, sus recuerdos y él. El ocaso, con su paleta de colores y los utensilios de escribir eran los únicos compañeros de su endiablada soledad. Su torpeza de principiante dejaría escapar a la mujer que marcaría ausencias en cada poro de su piel. Le resultaba casi imposible separarla de su pensamiento.” Mi obstinación es extrema, casi un delirio…”- meditaba en sus largas horas de reflexión. En semejante torbellino de rojos, naranjas, verdes y azules, aflojaba el nudo que le oprimía la garganta estampando el pesar entre sus páginas. Ella le conocía a la perfección. Sabía que allí arrojaría todas las emociones día a día, en su paraíso, esperando la quietud del día. Un nirvana junto al rompeolas que caló en lo profundo de su ser.


                                                                                          ESTRELLA DE ANGELES  BAMORE

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